Era el 31 de Diciembre de 1993 disfrutando y recibiendo el año nuevo en
casa de un tio en Fusagasugá siendo las 11:30 p.m. , en ese entonces yo tenía 6 años de edad, estaba compartiendo con
algunos primos y familiares esperando con ansias el nuevo año, cuando ocurrió
algo inesperado cuando de pronto mi mamá
iba rumbo a nuestra casa que quedaba en
frente de la de mi tío, ella iba a traer algo de música para amenizar la noche,
yo decidí correr a donde estaba ella, así que sin mirar la calle fui corriendo
pero desafortunadamente mi hermana no alcanzo a atraparme así que sin darme
cuenta de los carros que pasaban aquella noche, uno de ellos más
específicamente un taxi me atropello.
Aquella noche entre la
confusión por lo sucedido y el pánico de mis padres ellos solo me sujetaron y
me subieron a un carro de un familiar ya que el taxi que me había atropellado
esa noche huyo del lugar junto con sus
pasajeros.
Rumbo al hospital San Rafael
, el más cercano en aquel pueblo yo iba
muy ensangrentada y muy mal herida, al llegar allí limpiaron mis heridas pero
los doctores solo me revisaron pero no hicieron las radiografías pertinentes,
luego fui llevada a mi casa.
Mis padres sin estar muy
satisfechos con lo que les dijo el doctor en aquel hospital, decidieron llevarme
a la clínica y allí se percataron luego de varios exámenes que yo tenía una
fractura en la Tibia derecha, el cual es un hueso largo que soporta el peso del
cuerpo, y uno de los mas gruesos que tienen nuestras piernas, además de eso me
había mordido la lengua en una gran manera a raíz del impacto a tal grado que
me cogieron 6 puntos.
En ese entonces cursaba
segundo de primaria y me enyesaron esa pierna por casi un año completo, puesto que luego de la primera cirugía los
resultados no fueron los mas esperados
puesto que caminaba de un lado mas alto que el otro, de una manera poco
coordinada, luego de andar en muletas todo este tiempo fui sometida a una nueva
intervención quirúrgica , pero esta vez debieron martillar el hueso, a tal
punto de quitar una parte ya que este había crecido más de lo esperado y había
quedado esta pierna más larga de la otra.
Luego de un largo proceso de
recuperación y de muchas terapias para volver a caminar como lo hacía antes fui
poco a poco recobrando la movilidad y el equilibrio en mis piernas para volver
a caminar normalmente.
Hoy en día tengo dos
grandes cicatrices en mi pierna que me
recuerdan ese lamentable momento.
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